s le servirán de aliento a la abuela. Los “malnacidos por error en Cuba” tenemos corazón y además de añorar, también sustentamos las risas y el brindis de Nochebuena.
Quien asume la cena de Nochebuena, en Cuba, sabe que tendrá un reto para el que debe prepararse con antelación. Las familias grandes, por lo general, acuerdan dividir los gastos tal como ocurre en otros lugares del mundo.
Muchos cubanos desde el exterior contribuirán a que sus familiares en la Isla puedan disfrutar en Nochebuena de los alimentos básicos para el festejo, un trozo de carne y unas cervezas. De otra manera, es casi imposible por los precios que alcanza todo en Cuba en estas fechas.
Recuerdo aquella frase… “no saques la cuenta, compra el vino, los camarones, el turrón y ni lo pienses”. Se iban los ahorros de varios meses en una cena. Y es que no es noche de hacer cuentas. Es tiempo de sacar el mantel de la abuela, desempolvar las copas y lavar bien la vajilla vieja.
Entraba en mi cocina y pensaba: “que se abra la yuca, que se ilumine el horno otra vez y que la carne huela”. Nos reuníamos tantas personas a comer que no cabíamos en la mesa. Hoy estamos todos en países diferentes, y en casa solo sobran las sillas vacías. Donde sea que estés saca tus copas, el mejor mantel y desempolva la vajilla. Que brillen las luces, es tiempo de paz,Hoy es Nochebuena.
Quien asume la cena de Nochebuena, en Cuba, sabe que tendrá un reto para el que debe prepararse con antelación. Las familias grandes, por lo general, acuerdan dividir los gastos tal como ocurre en otros lugares del mundo.
Muchos cubanos desde el exterior contribuirán a que sus familiares en la Isla puedan disfrutar en Nochebuena de los alimentos básicos para el festejo, un trozo de carne y unas cervezas. De otra manera, es casi imposible por los precios que alcanza todo en Cuba en estas fechas.
Recuerdo aquella frase… “no saques la cuenta, compra el vino, los camarones, el turrón y ni lo pienses”. Se iban los ahorros de varios meses en una cena. Y es que no es noche de hacer cuentas. Es tiempo de sacar el mantel de la abuela, desempolvar las copas y lavar bien la vajilla vieja.
Entraba en mi cocina y pensaba: “que se abra la yuca, que se ilumine el horno otra vez y que la carne huela”. Nos reuníamos tantas personas a comer que no cabíamos en la mesa. Hoy estamos todos en países diferentes, y en casa solo sobran las sillas vacías. Donde sea que estés saca tus copas, el mejor mantel y desempolva la vajilla. Que brillen las luces, es tiempo de paz,Hoy es Nochebuena.
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