domingo, 17 de noviembre de 2019

EL ABORTO MASIVO EN CUBA







-Recuerdo en los principios de los años 90 los abortos masivos- a los cubanos no les gustaban el preservativo y a las mujeres las píldoras anticonceptivas- por un tipo de “Liposucción” rápido y seguro. En un frasco gigante se acumulaba los coágulos sanguinolentos-o era menstruación atrasada o embarazo en las primeras semanas- no importa. Las chicas cubanas se sometían al aborto como era de satisfactorio el juego sexual en que se producía la implantación del futuro feto. Esto sucedía hasta que la Iglesia católica saco su “Pastoral: El amor todo lo espera”. Aquí por primera vez una institución, antes callada, lanzo el grito contra estas prácticas que iban en contra de su doctrina. Y no solo habló de la masividad del aborto, sino los métodos del gobierno para desmembrar la familia tradicional y los valores que los padres transmitían a sus hijos.

  Aquello puso a las autoridades histéricas.  ¡Mira que criticar a las sagradas  leyes del Estado Totalitario! Autores de reconocida trayectoria comenzaron a  atacar a la Iglesia por todos los flancos, apoyándose en una férrea censura de prensa donde no permitían que una autoridad eclesiástica defendiera su postura. Nosotros íbamos a Misa con el temor de que “el pueblo organizado” nos hiciera un acto de repudio durante la Eucaristía. Fidel Castro pareció no involucrarse en el asunto, sabía que la religión insinuaba la verdad sobre el comunismo, además, él sabía cuándo callar y cuando dar uno de sus interminables discursos.

  Pero el resultado: los abortos disminuyeron como por arte de magia. Quizás debido a una resolución secreta que entregaban a los directores de clínicas u hospitales. Costumbre que aún perdura, digo, de no debatir problemas candentes que afecten a toda la  sociedad. Sino con un secretismo-como el aumento de los salarios-sin acudir siquiera a la Mesa Cuadrada sino es el tema del Embargo, del apoyo a Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte. Los periodistas y escritores oficialistas  saben ya por una cuestión de súper vivencia cuales temas tratar y cuales no tratar. Como dice el cuento del Cura” Yo también me cuido mi culito”
DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
CUBANO URUGUAYO
GENIO

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