lunes, 11 de enero de 2021

OPINION RECIBIDA

 

NO SÓLO DE PAN HABLA EL HOMBRE...
¿Será verdad que un grupo de especialistas necesitó 10 años para estudiar, investigar y generar nuevos conceptos económicos que permitieran poner en marcha la Tarea Ordenamiento? Lo pregunto en serio, independientemente de que quisiera creer que no fue así, porque en diez años el más humilde los guajiros, por ejemplo, mi padre, sembró una mata de aguacates y ha dado unos frutos que le sacan una exclamación de asombro al agricultor más ilustre. No puedo calcular, además, las toneladas de remolachas, zanahorias, pepinos, acelgas, lechugas, tomates, limones, plátanos y yucas -por citar ejemplos- que ha cosechado en diez años. He escuchado y leído en algunos escritos que esto de la Tarea Ordenamiento fue un proceso difícil, ya lo creo, pero diez años me parece una exageración. Si éste estudio se hubiera llevado tres o cuatro años, es comprensible que existieran, como han existido, errores de cálculo -incluso de conceptos-, errores que se traducen en el ajuste-desajuste-ajuste y vuelve a ajustar de las tarifas eléctricas, de los precios de los productos de primera, segunda y tercera necesidad... aunque los de segunda y tercera necesidad son prácticamente imposibles de acuerdo al paradigma de canasta básica que nos ofrecieron en la Mesa Redonda. Igual las nuevas legislaciones tendrán que revisar también algunas particularidades del entorno cubano para que nadie quede fuera de juego. Así, que a partir de aquí voy a asumir que el estudio para la elaboración teórica y práctica de ésta Tarea necesitó, al menos, cinco años. Creo que los especialistas que enfrentaron esta dura tarea, tienen un amplio conocimiento de las complejidades del Mercado Internacional, pero que, quizás por el asunto del bloqueo y otras situaciones de mayor envergadura, tienen un conocimiento parcial de la cotidianidad del cubano promedio en su duro bregar por el complejísimo entramado económico de la isla. Esto lo demuestra el asombro y orgullo del Ministro Alejandro Gil que dijo en entrevista televisiva que habían más de 32.000 cubanos que estaban solicitando empleo en las entidades estatales. Eso, según él, es positivo, y para dejarlo patente, pregunta “¿Lo habríamos logrado sin el reordenamiento monetario? ¿Con qué incentivo?” Más adelante hizo otro comentario: “Que la población esté exigiendo más calidad del pan, ¿es bueno o es malo?” Esto para él también es positivo. Dijo que ahora la familia está obligada a estudiar gastos, ahorrar por aquí para poder gastar por allá...
Yo pienso que las personas no necesitaban un “incentivo”, necesitaban un salario justo que estuvo ausente por muchísimos años y que era anatema mencionarlo so pena de parecer un enemigo. Suponer que los cubanos regresan a trabajar a la institución por el Reordenamiento, es borrar de un plumazo la desacertada política salarial que han arrastrado los cubanos durante décadas. Pagar lo justo no es un incentivo. Un incentivo es pagar un poco Más de lo que está estipulado. Decir que ahora la población está exigiendo más calidad del pan, francamente es molesto. El pueblo lleva 62 años quejándose de la mala calidad del pan, de la mala calidad de los servicios en todos los órdenes, de la mala atención, de la burocracia... suponer que se quejan ahora porque tuvieron un despertar de conciencia con la Tarea Ordenamiento, no cuela. Lo siento, pero no cuela. La calidad es una obligación, un derecho, no un favor que las instituciones le hacen al pueblo. Los cubanos, a pesar de lo que muchos suponen, no somos conformistas y sí, nos quejamos. Lo que ocurre es que jamás hemos encontrado un oído receptivo. Lo otro de que ahora la familia está obligada a estudiar gastos, es irrespetuoso y presuntuoso. Eso es lo que ha hecho la familia cubana todo el tiempo: ahorrar por aquí y deber por allá, porque los salarios nunca fueron suficientes. El que puede gastar a sus anchas sin ahorrar por aquí, escatimar por acá, es porque no tiene un salario de pueblo. Igual lo del pan, si usted no sabe que el pan es malo, es porque no come pan de pueblo.
Quisiera ver en la República Independiente de la Televisión Cubana a algún Ministro hablando de soluciones futuras, de estrategias concretas que dignifiquen la vida del cubano y no otra conferencia de imposibles generados por el bloqueo. El bloqueo, como dijo alguien, no es una variable, es una constante en esta ecuación y todo su peso descomunal descansa sobre la columna vertebral de doce millones de cubanos que ahora, además, deben enfrentar este Reordenamiento en el peor momento de sus vidas.
Y por último, revisen lo de los precios del SAF, por favor. Los ancianos que buscan allí sus alimentos, sí necesitan un “incentivo.” Además de que lo merecen, ellos son la memoria viva de todos estos años. Al menos, a ellos, háganlos felices. Un abrazo para todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario