Así dejé a mi hija. En sus primeras cartas me mencionaba la canción de Barbra Straisand y de Nat King Cole, pero ya no me hablaba de Selena. Su talento para la música lo olvidó en parte por mi culpa, entre otras razones que no quiero mencionar aquí, al “quedarme” en Uruguay.
Años después, siendo ella una bella señorita vino al Uruguay a acompañarme y a trabajar.
Le pregunte recién si se acordaba de las tardes en que cantábamos las canciones americanas y me dijo. –No Pa, eso quedo en el pasado y fuera de mis recuerdos.-
Yo quedé triste por un momento pero la vida es así. No se puede estar anclado al pasado, ahora mirar hacia adelante y remover todo trazo de la cultura caribeña y norteamerica, pero no le veo ningún entusiasmo por la música del Rio de la Plata.
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