lunes, 9 de octubre de 2017

Fragmentos de la novela LOS DIOSES TAMBIEN RIEN Por Orlando Vicente Álvarez

Fragmentos de la novela LOS DIOSES TAMBIEN RIEN Por Orlando Vicente Álvarez Este texto recoge un poco lo que nos han enseñado casi todas las Religiones y congregaciones actuales, con sentido del humor que es el único sentido que nos otorgó Dios para sobrevivir en este mundo cruel después de expulsarnos del paraíso donde estábamos tan bien, con leones y todo eso, por una simple y estúpida manzana, jugosa y tentadora, que se balanceaba en un árbol al alcance de una curiosa mujer –tenía que ser una mujer, claro, cherchez la femme- y de un hombre medio bobalicón llamado Adam. La herencia de Eva, que así se llamaba la mujer, primera glotona de la historia, nos ha llegado hasta nuestros días, sino miren a Madonna. Antiguamente, antes de proliferar los Contadores, Abogados y los Escribanos los israelitas, para cerrar un trato ya sea un intercambio de vacas o de cabras, se tocaban fuertemente los testículos-los dos comerciantes rivales-y así quedaba sellado el pacto. De ahí surgió la palabra Testis, testículo, testimonio y testamento. Hoy no hay tocase la bragueta para adorar los testamentos, sí, algunos hasta quieren comérselos, sino para afianzar una compra o una venta, sino que existe la moneda, los dólares y las tarjetas. El nombre del Viejo y Nuevo Testamento derivan de ese antiguo vocablo. Siguen Abram Fidel Castro, El EXODO…